Piedras Negras durante
la intervención francesa
Rigoberto Losoya Reyes.
Antecedentes (abril y mayo de 1865):
En Parras la población se había sublevado, proclamando el gobierno republicano y aprehen- diendo a las autoridades imperiales, encargándose de la jefatura política y militar, Andrés S. Viesca. Esta actitud se generalizó en los estados de Coahuila y Nuevo León, donde el general Mariano Escobedo, quien gozaba de un gran prestigio y oriundo de ella, logra organizar y levantar numerosos contingentes de voluntarios. En Coahuila se pronunciaron los vecinos de Cuatro Ciénegas, Santa Bárbara, Santa Catarina y de otros lugares, teniéndose la intención de atacar la plaza más importante en el norte: Piedras Negras.
La Villa de Piedras Negras
El día 9 de febrero de 1865 Mariano Escobedo llega a Laredo, Texas, donde se le unen los Coroneles Francisco Naranjo y el Coronel Nicolás Gorostieta, acompañados de una docena de “buenos mexicanos”, tal y como lo expresara el propio general republicano. En este lugar consiguió algunos recursos y aumentó su tropa con un contingente que desertó de las fuerzas imperialistas. Esta pequeña fuerza se traslada rumbo al norte de Coahuila y realizan algunos recorridos por los pueblos para reclutar algunos hombres y conseguir parque. En una carta que le envió Escobedo a Juárez, le informa que la Villa de Piedras Negras se encuentra bajo el control del traidor Vicente Garza, y que el día 8 de marzo asignó al Coronel Francisco Naranjo la Villa de Nava con una fuerza de 120 hombres, y en Santa Mónica dejó al Coronel Gorostieta con 140 hombres. El 12 de marzo emprendieron su marcha para Piedras Negras, donde salieron a su encuentro partidas de imperiales que pronto se disolvieron porque los soldados los abandonaron. El 5 de marzo llegaron frente a la Villa de Piedras Negras, que se encontraba defendida por Vicente Garza, un incondicional del traidor Vidaurri.
El ataque a la Villa de Piedras Negras
En la noche del 5 al 6 de marzo se dio el asalto con tres columnas, al mando, la primera del Coronel naranjo y, las dos restantes, de los comandantes Juan N. Sáenz y José Martínez. Lamentablemente, por habérseles agotado el parque, tuvieron que retirarse, sobre todo porque se enteraron que se aproximaban refuerzos procedentes de Monterrey y Saltillo, al mando respectivamente de Florentino López y José Tabachinski. Escobedo y Naranjo aprovecharon su conocimiento de la región entre Lampazos, Candela y Monclova, y manipularon perfectamente la persecución hasta que los imperialistas ante los esfuerzos infructuosos deciden cesar. En Gigedo (hoy Villa Unión), se enteró el Coronel Naranjo de que venía a atacarlo el Coronel Tabachinsky, por lo que le preparó una emboscada, habiendo derrotado completamente a los imperialistas muriendo en la batalla Tabachinski.
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